Todos mis cuadros los hago con mucho cariño, por un motivo y otro, pero jamás pensé que eso les llegase a otras personas.
Fue un regalo, para alguien muy especial, Fernando, el padre de la criatura, y realmente ese cariño por parte de toda la familia no tiene precio. Sin duda hay cosas que no se compran con dinero. Gracias a toda la familia, que considero mía también. Os quiero Manzanares-Riguero.